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La Zorrita Britney - Capítulo 1: Las primeras braguitas

Os presento a mi nueva zorrita, Britney. Ella misma os irá contando las aventuras que correremos juntas. Espero que os gusten y que le sigáis la pista!



Hoy jueves, por fin, ha llegado el aviso. Llevaba días pendiente de la web de Correos y el estado del paquete no cambiaba. Lo he consultado incluso esta mañana, varias veces, y ahí seguía, con un triste admitido. Y mi impaciencia iba creciendo.


Ha sido un día complicado en el trabajo, con muchos compromisos, y ya sabía que hoy no podría escaparme pronto. Hacia el mediodía el móvil me ha vibrado y una lucecita azul se ha encendido en la parte superior. Ya sé qué significa y mi nivel de excitación se dispara. Dejo una frase a medias, la retomo habiendo perdido el hilo, cojo el móvil y lo vuelvo a soltar. Me quema en las manos. Pero no voy a abrir el mensaje de mi Dueña Nyan en medio de una reunión, así que me excuso torpemente cuando aún no se ha acabado y salgo un momento, al aseo.


Por supuesto que es Ella. "Zorrita, tu paquete ha llegado". Cinco palabras, tinta negra sobre pantalla blanca, y mi día se vuelve cabeza abajo. Me siento y Le respondo, Le doy las gracias y Le repito mi anticipación y mi deseo por tenerlas. Ya sé cómo son, he visto alguna foto, y no puedo esperar al momento de tenerlas, de sentirlas contra mi piel, de tocarlas y olerlas. Le digo que hoy no podré ir a buscarlas, por desgracia. "No lo dejes. Mañana sin falta". Por supuesto, Dueña, sin falta.


Al final me quedo la última en el trabajo, sola. No puedo de dejar de pensar en Ella. Le escribo un comentario para Su web con el nuevo nombre con el que me ha bautizado y me voy a casa.


Cuando llego, ya tarde, mi nivel de excitación ha ido en aumento. Cada vez se acerca más el momento de abrir el paquete. Ceno rápidamente con mi pareja, que está cansada, y nos acostamos. Ella se duerme pronto, pero yo no puedo pegar ojo. Cojo el móvil y, entre avergonzada y esperanzada, Le mando un mensaje. Me responde casi inmediatamente. A estas alturas, a oscuras y casi desnuda, la excitación me está haciendo perder la cabeza. Le digo cuánto deseo tener Sus bragas y ella, simplemente, sinceramente, Se ríe. Le pido cuándo podremos estrenarlas juntas y lo concretamos: cuatro días después, el lunes y martes siguientes, estaré 48 horas a Su entera disposición. "Y cuando te bautizaba se me ocurrió una idea...". Eso me lleva a un éxtasis íntimo de placer y satisfacción.


Vuelve a reír y me lo pregunta abiertamente. "¿Estás muy cachonda?" Sí, estoy caliente como una zorra en celo. "Me lo imaginaba. Mañana te dejo que las huelas. Pero no te puedas tocar hasta el lunes con ellas, bajo ninguna circunstancia. Puedes follar con tu chica si se da el caso, pero nada de pajearte hasta el lunes". Eso va a ser muy, muy duro, Le digo. "Me gusta y te valdrá la pena. Avísame cuando tengas el paquete mañana y lo abriremos juntas". Caigo de nuevo en una nube de excitación que me funde los circuitos, pero Ella ya Se está despidiendo "A mis pies, zorrita". A Sus Pies, Dueña.


Me cuesta mucho dormir, la excitación no baja y no puedo dejar de acariciarme suavemente en el duermevela. Cuando por fin me duermo, tengo sueños intensos poblados por las manos y los labios de mi Dueña. Por la mañana me levanto con el pantalón del pijama mojado de líquido preseminal y una erección casi dolorosa.


Antes de ir a trabajar recojo el paquete. Es gris y promete momentos de éxtasis. No lo abro, tengo que esperarla a Ella.


Cuando estoy en la oficina, de nuevo, la vibración y la luz azul. "¿Dónde estás, zorrita?". Esta vez la reacción es demasiado evidente, seguro que alguien ha notado cómo me empiezan a temblar las manos y me crece el paquete casi instantáneamente. Voy a mi bolsa, cojo Su paquete y me voy al aseo. Estoy temblando por Usted, Diosa, la voz, las piernas, las manos... "Bien, eso me gusta. Quiero que te grabes un vídeo abriendo el paquete. Y ya sabes, olerlas pero nada más". Así lo hago. Estoy temblorosa, feliz, eufórica, agradecida, excitada. Sus bragas están impregnadas de Su olor, son un tesoro sin precio. No puedo dejar de acariciarlas, de olerlas. "Recuerda, nada de masturbarte hasta el lunes". En ese momento estoy volviendo a mojar el bóxer con mi excitación, pero, por supuesto, acato Sus palabras.

No veo el momento. Cuatro días con Sus bragas, recibiendo Sus mensajes, Sus palabras, viendo Sus fotos... y no puedo tocarme. Me siento cada vez más cachonda, cada vez paso más horas seguidas con una erección, incluso pierdo el hilo de las conversaciones. Pero aguantaré hasta el lunes y valdrá la pena... mi Dueña siempre hace que valga la pena.


A Sus Pies, Diosa Nyan.

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